martes, 31 de diciembre de 2013

El último día del año, el primero en realidad

La comodidad es un vicio peligroso, sobretodo en un mundo de constantes cambios. En los últimos dos meses me he hecho muchas preguntas con relación al papel que estoy desempeñando en el área laboral. En un balance que me hago mirándome al espejo, me doy cuenta que el tiempo y las circunstancias exigen otras maneras de abordar las situaciones, distintas a como las percibía hace cuatro años.

Me pregunto: ¿Hago algo o no hago nada? ¿Qué necesito conocer? ¿Sirve de algo lo que estoy emprendiendo? Y otras más que me reservo.  

Al final del día siguen las misma preguntas y algunas respuestas que parecen otras interrogantes. 

A pocas horas de los rituales de nuevo año del calendario solar, luego de cambios de varios aspectos de mi vida en los últimos 60 días de éste año, comprendo que voy rumbo a un viaje de constantes cambios que debo asumir porque rompen con una cierta comodidad. Éste día prepararé las notas con la cual empezaré nuevos proyectos, ideas, trabajos, nuevos espacios, lugares, amigos...dejando atrás lo que siento e intuyo ya no me sirve para soñar, para vivir, ni para crear.  Así son las etapas de la vida. 

Éste año que comienza estoy dispuesta a realizar tareas en extremo distintas a lo que estoy acostumbrada. Me alejaré por completo de quienes llevan una nube gris sobre sus cabezas e invitan constantemente a compartir la tormenta de ideas tristes y quejumbrosas, de los pájaros de mal agüero. 

Éste nuevo año doy la bienvenida a todo lo bueno que me espera, paso la página y comienzo una nueva vida.